Cada año la factura que llega tras el verano sigue siendo igual o más alta que el resto del año. Eso se debe en gran parte a una política energética que depende de las energías no renovables para abastecer toda la demanda. Esto tiene un impacto directo en las facturas de los hogares impidiendo que se beneficien de las ventajas ambientales y económicas de las dos mayores oportunidades energéticas de España: las renovables y el ahorro de energía.

Las claves para entender la subida de la luz en verano son:

– Precio de la electricidad variable según las fuentes de energía

En España el precio de la electricidad varía en función de qué tecnologías abastecen a cada hora de cada día del año. Se fija a través de un mercado mayorista que cada hora marca el precio. Es decir, primero se compra todo el stock de la fuente de energía más barata disponible, de ahí se pasa a comprar las más caras hasta llegar a cubrir toda la necesidad de electricidad prevista. El precio final será determinado por la fuente más cara.

– Las primeras fuentes de energía en acceder al mercado son las renovables

Al empezar la compra de energía por la más barata, las primeras fuentes de energía en acceder al mercado son las renovables (que ofrecen su producción a coste casi cero ya que el viento y el sol son gratis con un mantenimiento barato) y la energía nuclear (que externaliza la mayoría de sus costes ambientales, como la gestión de los residuos nucleares o la responsabilidad limitada en caso de accidente).

Si hace falta más electricidad para satisfacer toda la demanda, entran en funcionamiento, centrales con costes (y emisiones contaminantes y de CO2) mucho mayores como las de carbón o de gas. Al final, todas ellas recibirán por la electricidad vendida al mercado mayorista el mismo precio: el de la última tecnología en entrar, es decir, la más cara.

– Menos renovables, mayor precio mayorista

Por lo tanto, cuantas menos energías renovables entren en el mercado, por lo general, mayor será el precio mayorista de la electricidad ya que aumentará la probabilidad de que haga falta utilizar centrales más caras y contaminantes como el carbón y el gas para cubrir las necesidades de electricidad en cada momento.

– Aumento del consumo y menos viento y agua

Prácticamente todos los años alrededor de los meses de enero, junio y julio ocurren dos cosas: un aumento de la demanda de electricidad a causa del repunte del frío o del calor (calefacción y aires acondicionados).

Además, en verano normalmente, también hay menos viento y menos disponibilidad de agua en los pantanos. Estos dos factores hacen que sea necesario comprar más energía de fuentes caras y no renovables para poder cubrir toda la demanda.

– Factura insensible al ahorro de energía

Aunque se reduzca a cero el consumo de electricidad, el consumidor tendrá que seguir pagando una parte de la factura eléctrica fija que es proporcional a la potencia contratada. Este término fijo ha crecido desmesuradamente en los últimos años a causa de la presión de las empresas eléctricas. Esto hace que la bajada de consumo del verano en el hogar casi no se vea reflejada en la factura.

– Poca energía solar instalada

En España, uno de los países con más sol, hay muy poca energía solar instalada (4,8 GW): tan solo una cuarta parte que en Italia (18 GW) y solo una décima parte de lo que tienen en Alemania (40 GW). Además, desde la última legislatura del Partido Popular, casi no se instala nueva capacidad de energía solar en España.

En España disponemos de suficientes horas de sol como para cambiar a un modelo energético sostenible, es por eso que la energía solar fotovoltaica está en pleno apogeo, cada vez más empresas y particulares generan su propia energía. Con esto no sólo consiguen minimizar el impacto ecológico, sino que además ahorran grandes cantidades anualmente.

Un modelo eléctrico basado en renovables supondría un ahorro medio de un 34% en la factura energética de los hogares frente a años anteriores. Sólo en la factura de la luz el consumidor pagaría un 25% menos. Además, un sistema eléctrico basado en renovables al 95% ya en 2030 reduciría las emisiones de CO2 del sector en un 75%.

En Núcleo apostamos por un modelo eléctrico sostenible en el que podamos generar nuestra propia energía a la vez que cuidamos del medio ambiente. Además, te ofrecemos un estudio energético sin compromiso, con el que sabrás cómo ahorrar en tu factura eléctrica desde el primer día. ¿A qué estás esperando?